«Y sí, estoy triste y a veces enojada. Justo ahora que de grandes nos y empezábamos a entendernos mejor, a guardar secretos, a hablar de las historias familiares, a reírnos y llorar, y nos estábamos acompañando en esta nueva etapa de nuestras vidas.
Me acuerdo de cuando me dijo “Necesito que me vengas a ayudar”, y ahí empezamos a concretar su sueño que con el tiempo también se volvió el mío que aprendimos junto a todos, pacientes, profesionales, amigos y también no tan amigos a llevar adelante este “hijo” nuestro.
Y ahora me gustaría festejar lo que logramos juntos y decirle, vení necesito a mi hermano».

Mariela